plazuela Almendral; espacio de encuentro juvenil escolar
Fuente; Gonzalo Gajardo, "de quien son las avenidas; intersticios, identidad y encuentro en el Valparaíso Global", facultad de arquitectura, escuela de graduados U.V. 2011
Por Álvaro Brignardelo Valdivia
Presidente
sociedad de Varones de Viña del Mar
Estudiar en la
escuela que se ubica cerca de la casa, en ciudades caracterizadas por su alta
segregación residencial, resulta más un perjuicio que un beneficio, especialmente
para los estudiantes de escasos recursos. Si sumamos que, en términos generales
y con contadas excepciones, los aprendizajes de los estudiantes de enseñanza
básica y media siguen el patrón de distribución de los ingresos de las familias
chilenas, estudiar en la escuela ubicada en el barrio segregado y de bajos
ingresos es un doble perjuicio, esto pese a la supuesta ganancia en términos de
seguridad y de economía para el estudiante y su familia.
Cuando cuestionamos
el hecho de emplazar y mantener escuelas públicas y subvencionadas en barrios
segregados, estamos señalando que este tipo de medidas, originadas en políticas
públicas o en los arbitrios del mercado, refuerzan la segregación social y la
configuración de la escuela como un compartimento estanco, caracterizado por la
homogeneidad socioeconómica de las familias de los estudiantes y aunque no se
haya planeado de esa manera, esta escuela se constituye en un potente factor de
segregación social.
Si bien la
segregación residencial y escolar es, en mi opinión, un perjuicio para todos
los estudiantes, no cabe duda que lo es más para aquellos estudiantes de bajos
ingresos económicos, que aprenden menos, en comparación con estudiantes de la
misma edad y curso, pero pertenecientes a familias de ingresos altos, y cuya
escuela, emplazada cerca de su domicilio, facilita su confinamiento en el
barrio segregado. Una ciudad con alta segregación residencial y escolar, tiene
poco de democrática, especialmente para los más desfavorecidos, quienes además
de recibir una delgada tajada de los ingresos, acceden a una pequeña parte del
conocimiento y a una reducida área de la/su ciudad.
Qué hacer entonces en ciudades
con una alta segregación residencial para facilitar que los compartimentos
cerrados se abran y den paso a flujos multidireccionales donde la probabilidad
de encontrarse con un otro, igual y distinto, es un hecho cierto y no un evento
fortuito y escaso?, Cómo estimular el flujo de personas hacia territorios
distintos al propio, logrando que la ciudad, ese espacio mayor que actualmente
está estructurado en base a compartimentos estancos, se transforme en un
espacio propio, común y compartido, más allá de los distritos en los que se
emplazan las viviendas y los servicios y bienes básicos? Es posible convertir
el espacio urbano segregado y atomizado, principalmente en base al nivel de
ingresos y a la calidad y distribución de la infraestructura y del equipamiento
urbano, en una ciudad democrática?
Desde la
perspectiva pedagógica, la ciudad es una rica fuente de recursos para el
desarrollo de experiencias de aprendizaje tanto en lo referido al currículum
escolar como a lo concerniente a la formación para la vida en sociedad y en
comunidad. Pese a esto, los recursos de la ciudad son poco valorados y en
consecuencia escasamente utilizados como eje o complemento en actividades de
aprendizaje formal y no formal. La ciudad descansa bajo los cimientos de las
escuelas y el aprendizaje se confina entre cuatro paredes o en paquetes de
kilobytes, sin percatarse que la puesta en valor de los recursos de la ciudad
permitiría, además de lo estrictamente pedagógico, estimular el flujo de
personas—niños, adolescentes y adultos—a través de canales que no son los
frecuentes hacia destinos ubicados en distritos que no corresponden al
compartimento estanco del barrio segregado.
Hay algo en
Forestal que podría movilizar a estudiantes y profesores desde Reñaca o Jardín
del Mar hacia su territorio y viceversa, desde Forestal o Nueva Aurora hacia
Reñaca? Sin lugar a dudas, la respuesta es Sí. Lo que actualmente falta, no
solo por carencia material sino por la adscripción de las autoridades al actual
modelo de ciudad, es poner en valor los barrios, promover y facilitar su acceso
y conocimiento en la perspectiva de provocar flujos de circulación
multidireccionales que abran los compartimentos estancos pese a que ellos aún permanezcan
incólumes como un reflejo de la desigualdad que aqueja a nuestro país.
Abrir nuevos
destinos al interior de la ciudad, superando las barreras del barrio y de la
segregación, es una manera de transformar la ciudad desde otra concepción de
conocerla y de habitarla. Si se quiere y declara querer una ciudad y una
sociedad integrada, entonces se deben intencionar, desde lo público y si es
necesario en contra de las tendencias de mercado, acciones e inversiones que
estimulen la circulación, el conocimiento y la valoración del territorio y de sus
comunidades. Relocalizar la escuela y poner en valor los recursos de los
territorios y de las comunidades, sistematizados y organizarlos como complemento
al proceso de enseñanza-aprendizaje es una alternativa, entre muchas otras, que
permiten avanzar en la transformación de la ciudad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario